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Espacio virtual cuyo objetivo es generar discusiones en torno a la ciencia económica y el sexo entre quienes tenemos vida económica y sexualidad... Y tú, ¿tienes algo qué decir?
Revisemos estos datos por categoría.
Personas que sólo trabajan
(♀ 3% y ♂ 42%)
42 de cada 100 hombres única y exclusivamente trabajan, es decir, no mueven un dedo para hacer quihacer'. Mientras que tan sólo 3 de cada 100 mujeres disfrutan de sólo trabajar. ¿Eso quiere decir que los hombres son 14 veces más flojos que las mujeres? Yo no creo que quiera decir eso ─o sólamente eso─, esta distancia contiene factores cuantitativos como el hecho de que menos mujeres que hombres conforman la PEA, pero también éste mismo factor cuantitativo tiene un sustrato cultural, como por ejemplo la idea de que las mujeres no deben trabajar sino quedarse en casa.
Personas que trabajan y estudian
(♀ 1% y ♂ 2%)
Resulta ser que el doble de hombres que de mujeres estudian y trabajan. El estudio como factor incorporado a la vida de las personas pareciera reducir dramáticamente las diferencias de actividades entre uno y otro sexo. Sin embargo, en nuestra sociedad sigue presente la cuestionable figura culturalmente arraigada del hombre proveedor.
Personas que trabajan y hacen quehaceres domésticos
(♀ 90% y ♂ 52%)
Ah-ha-ha: aquí es donde quedan de manifiesto los grandes desequilibrios en cuanto a la realización de actividades domésticas. Si bien es cierto que en los últimos años ha habido un avance en cuanto a la participación masculina en las labores domésticas, las diferencias aún son muy marcadas. Mientras que 9 de cada 10 mujeres que trabajan colabora en quehaceres domésticos, o sea, casi todas, tan sólo la mitad de los hombres en esta misma situación realiza quehacer en el hogar.
Superheroínas y Superhéroes: Los que trabajan, estudian y hacen quehaceres domésticos
(♀ 5.811% y ♂ 3.544%)
969,601 mujeres y 982,618 hombres, juntos suman los casi dos millones de personas que estudian, trabajan y hacen quehaceres domésticos, labor realmente admirable y que significativamente alínea actividades masculinas y femeninas: ¿Será que, al compartir esfuerzos, hombres y mujeres tendemos a una división más equitativa del trabajo? Yo creo que sí, y espero que estos datos inspiren a todas esas mujeres trabajadoras a no tolerar la indiferencia de sus congéneres masculinos en todas las actividades productivas de la vida.
En realidad, esta entrada no tenía la intención de responder la pregunta de su propio título, aunque ya vimos los números. Más bien, la intención era plantear las siguientes preguntas:
¿Por qué la división del trabajo entre hombres y mujeres tiene que ser como es?
¿No puede ser de otra manera más equitativa?