domingo, 19 de julio de 2009

Yo macho, ellas viejas: ¿de a cuántas nos toca, compadre?

El otro día en un microbús sonaba la K-Buena, y a un locutor ─que se escuchaba como todo menos como especialista en demografía─ le escuché decir que, como en México hay tres veces más viejas que hombres, a los hombres nos tocaba de a 3 chancludas. Acto seguido, justificaba los amoríos de un mujeriego que, en el seno del engaño cometido, inconsolable, pedía consejo moral directamente al señor... del programa de radio. "Si engañas a tu vieja, no te preocupes, mano ─decía el locutor─. Preocúpate cuando no puedas con las tres que te tocan".

Y no es el fin de este espacio censurar el engaño ni el relacionarse múltiplemente (problema éste ya de cada quién ─aunque, claro, tengo mi opinión al respecto─), sino hablar sobre la cantidad de mujeres y hombres que hay en México.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en su reporte del 10 de julio de 2009, en México somos 107.6 millones de personas, de los cuales 50.9% son mujeres y 49.1% son hombres, por lo que por lo menos cuantitativamente, el mito de que nos tocan 3 mujeres por hombre es una gran mentira. O para que con esos datos nos tocara de a 3 mujeres por hombre (y suponiendo que las mujeres son perfectamente fieles, heterosexuales y que no cuestionan la poligamia de su pareja masculina), 2 de cada 3 mexicanos debería ser casto u homosexual (35.2 millones) y sólo 1 de cada 3 hombres (17.6 millones) ser heterosexual y no fiel, es decir, mantener relaciones amorosas con 3 mujeres de manera voluntaria... ¿Se imaginan un país así? Simple y sencillamente es irreal.

Bajo esta lupa cuantitativa, queda claro que las diferencias de población entre hombres y mujeres no son tan agudas (del triple, del doble o ni siquiera del 50%) y que si o fueran, nuestra sociedad sería realmente un mosaico multicolor muy diferente al que es actualmente.

De acuerdo con el INEGI, en 2008 éramos 106 millones y medio de mexicanos, y la proporción entre hombres y mujeres era de 97 hombres por cada 100 mujeres.

En este mismo año, los siete estados más poblados del país concentran la mitad de la población total: El Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Jalisco, Puebla, Guanajuato y Chiapas tienen juntos 52 millones 773 mil habs.

Sin embargo, los estados más poblados no son los más grandes. En el Distrito Federal, el número de habitantes por km2 es de 5,974, mientras que en Baja California Sur es de tan sólo 8 habitantes por km2. Tan sólo en la delegación Iztapalapa del DF viven 1.8 millones de personas, casi la misma población que tienen juntos los tres estados menos poblados: Baja California Sur, Colima y Campeche: con 1 millón 932 mil habitantes entre los tres.

Guanajuato es el estado que menos hombres por cada 100 mujeres registra, con 91. Mientras que Baja Califormia Sur es el estado con la mayor proporción de hombres con respecto a mujeres, con 110 de ellos por cada 100 mujeres. Esto se debe, entre otras cosas, a que Baja California es un estado de atracción migratoria, y ésta población fundamentalmente es masculina. Mientras que en el caso de Guanajuato, se caracteriza por ser un estado tradicionalmente expulsor de población masculina migrante.

Por grupos de edad, de los 0 a los 14 años de edad está el 29.4% de la población; de los 15 a los 29 el 27.3%, de los 30 a los 59 el 35% y las personas de 60 años y más constituyen el 8.2%. En todas las edades se observa un mayor volumen de población femenina, excepto en la primera. Esto se debe a que en México, como en casi todos los países del mundo, nacen más hombres que mujeres. En el grupo de adultos mayores (60 años y más) la cantidad de mujeres es significativamente mayor que la de los hombres, y esto ocurre en todas las entidades del país. El caso más diferenciado en este segmento de 60 años y más, es el del Distrito Federal, donde por cada 100 mujeres hay tan solo 71 hombres. Así las cosas, las variables reales sobre población son bastente diferentes de la idea de una sobreabundancia de mujeres.

En general, en nuestro país las diferencias entre la cantidad de mujeres y de hombres que hay no son significativas. Sin embargo, sí existen. ¿Tiene esto alguna implicación económica? Sí la tiene: el hecho de que haya variaciones inclusive mínimas entre la cantidad de uno y otro sexo, tiene serias implicaciones en el mercado del amor... Pero esto es tema de otro post.